Manda cojones, el puto políticamente correcto ha llegado al portalon
Puta todo
post oficial de alguna noche de borrachera con alguna choni
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[quote=xurdeastur]"vivís en la Biosfera"....sin palabras[/QUOTE]
Ya quisiera el Dylan ese escribir algo asi... PVTO GENIO!!!
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algun de por aquí se nota que no habéis pasado por el servicio militar, os habéis quedado en niños de mama , chupando el chupo con 30 años,no decis palabrotas que os sentís mal, os mandaba yo 12 meses al ejercito, hivais a coger unos cuantos conceptos de la vida que no teneis, dejaríais de mearos en la cama, acatar ordenes de los superiores,hacer la cama y limpiarlas botas de los abuelos cuando os lo pidan y si no lo haceis toda la noche haciendo guardias , un poco de disciplina, y luego MAMA presumirá por todo el barrio de su hijo que ya sabe poner una mesa y hacer una cama , que ya dice alguna palabrota y fuma porros, se acabo la vida de pijo educado.
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di por echo que lo pensaran , sus mentes son prodigiosas:finga:
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madridsporting
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Que os pasa que sucede
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Aquel día me levanté y, como de costumbre, lo primero que hice fue empezar a consultar las redes sociales desde la cama.
Facebook era un nido de frases motivadoras ("Tus victorias son sueños que jamás diste por perdidos"), de esas que te llenan de energía durante dos segundos hasta que te das cuenta de que no significan una puta mierda y de que la vida real no puede resumirse en nueve palabras, sino que está llena de momentos insulsos sin ningún significado. Me como mis putas galletas Hacendado y siento un retortijón en el estómago; me pregunto si tengo un cáncer de colon y me maldigo por ser tan hipocondríaco. De ese tipo de momentos hablo. Y son mayoría en mi vida y en la de muchos.
Me fui a la ducha y, también como de costumbre, me hice una paja. Cuando Kevin Spacey decía en American Beauty que era el mejor momento del día, yo me reía como un crío, sin comprenderle del todo. Luego fueron pasando los años y se me fue helando la risa. Efectivamente, este placer efímero y absurdo de menearse la sardina durante unos minutos quizás sea lo más agradable que me aguarda durante el día. Pero ayer decidí que no.
Ese día quería darme un homenaje y decidí hacer una buena inversión con el dinero del paro. Encendí el PC y empecé a ver webs de señoritas de pago. Pronto me di cuenta de que en mi ciudad la oferta no era muy extensa, ni en cantidad ni en calidad. Una búsqueda llevó a otra y acabé empalmado viendo una webs de universitarias madrileñas. Empecé a llamar a varios de los teléfonos sin conseguir hablar con nadie (las putas también tienen vacaciones, supongo) hasta que di con una que respondió. Era morena, piernas larguísimas y un buen par de peras de veinteañera, bien puestecitas arriba. Era española (su acento no engañaba) probablemente manchega, y hablaba tan sexy que yo ya tenía el grumito preseminal en la punta de mi pene erecto. Según me dijo, se llamaba Sara.
Acabé quedando con ella a las 16:00 en su piso. En Madrid. 300€ una horita y media. Eran las 12:00 y yo vivo a 350 kilómetros de la capital. Aun así, no dudé en pillar el coche, llenar el depósito, meter la dirección que me dio en el GPS y tirar millas. Cuando llevaba media hora conduciendo me di cuenta del patetismo de mi vida en todo su esplendor: estaba haciendo una de mis mayores kilometradas por una mujer, y esta vez no era por una gorda de Badoo o por una zorra cualquiera de Tinder, sino por una puta de las de verdad.
15:30 y ya estaba en la M-30 viendo la boina de mierda sobre la capital de España. El GPS aún indicaba que me faltaban veinte minutos para llegar a destino. El jodido piso estaba donde Cristo perdió los clavos, en el barrio de Hortaleza. No sé por qué, pero me había imaginado follando con vistas a la Gran Vía. Gente con sus bolsas de Fnac y El Corte Inglés, llenando poco a poco los teatros, el runrún de los coches, los edificios iluminados llenos de vida, el cartel de Schweppes... y yo dando pollazos junto a la ventana en una décima planta, en plan exhibicionista (con las cortinas abiertas) con ese escenario de fondo, urbanita, cosmopolita, y todo lo que acabe en -ita y sea sinónimo de sofisticación.
En efecto, el piso estaba en una décima planta, pero aquello no era la Gran Vía ni mucho menos. En cierto modo era todo lo contrario: la sordidez de los graffitis en los bajos y las calles vacías, mis manos en los bolsillos, algún sudamericano que pasa con una bolsa de la compra, mis orificios nasales jodidos por ese aire reseco y de olor tan particular que tiene Madrid. Llamé al porterillo y me abrieron sin preguntar. El edificio era de los años sesenta, el ascensor estrecho y oscuro, con arañazos de llave por toda la superficie de madera y el espejo.
Cuando llegué a la puerta ya me esperaba una mujer asomando a la cabeza, pero no era Sara ni se le parecía. Se trataba de una vieja de unos sesenta años y vestida con bata. Me invita a pasar al salón y aquello parecía Cuéntame. El gotelé de las paredes y el techo creando a mi alrededor un tejido agobiante a la luz del atardecer. Cuadros impersonales y esfumados de paisajes y bodegas. Una vulgar televisión con el volumen muy bajo y en la que aparece una película navideña. Una mesa oscura y platos sucios con restos de pasta y una botella medio vacía de Cola Hacendado. Me siento en el sofá frente a la tele y le digo que he quedado con Sara. La vieja me responde que lo siente, pero que ha tenido un problema y se ha tenido que marchar. Viendo mi cara de enfado, me dice que no me preocupe, que tiene tres chicas disponibles. Ya que he hecho el puto viaje, no le vi sentido a crear polémicas innecesarias, así que le digo que quiero verlas.
Me acompaña al pasillo, donde vi dos puertas cerradas a cada lado. Se escuchaban algunas risitas amortiguadas. Me abre la primera puerta y veo una sudamericana gordita con el pelo teñido de rubio (o puede que una peluca) a cuatro patas delante de un ordenador y una webcam. Ni me saluda para no cortarle el rollo a su audiencia, supongo. Segunda puerta y escena parecida: sudamericana delante de la cam, enseñando unas paupérrimas tetas sentada sobre la cama. Tercera puerta y allí había más ordenadores que en un locutorio marroquí; una hilera de seis o siete pantallas y en la esquina un camastro pequeño sobre el que había una blanquita de europa del este mirando el móvil. Levantó la cabeza y me sonrió. Se levantó y me dió dos besos muy cerca de las comisuras de los labios. Me cogió de la mano y me llevó a la cama. Se puede decir que me eligió ella a mí.
La vieja se acerca y abre un joyero de porcelana. "El dinerito aquí" me dice. Le pregunto que cuánto y me responde que, como yo quería a Sara y Sara no está, 200 € una hora. Le hice un escáner a la rubita y como tampoco estaba mal acepté. Me sonríen las dos y la vieja se va, cerrando la puerta.
La rusa (la llamaré así porque no sé si realmente era rusa y no me dijo su nombre) se me lanzó a los labios enseguida. Le manoseé un poco el culo, menos terso de lo que yo creía, y me empalmé a duras penas. Me desabrochó los pantalones y liberó mi polla, que aún no era una temible espada, sino que se quedaba en una simple barra morcillosa. La pongo sobre mí, con el camastro crujiendo como si fuera a desmoronarse en cualquier momento, y le como las tetas, de tamaño medio. Le quito el tanga y veo que está depilada pero de hacía unos días, y ya salían puntitos con pelo de los que pican al roce. Pero cuando se me vino el mundo encima fue cuando vi un jodido hilito blanco salir de su coño. Un tampón.
Me dice que tiene la regla pero que si quiero se lo quita, pero que tiene una idea mejor. No sé si fue sugestión, pero empezó a subirme un olor fuerte a sangre coagulada y acumulada que me cortó el rollo. Le digo que cuál es esa idea y se pone de espaldas y se da unas palmadas en el culo, abriéndose el ano. Yo nunca lo había hecho por detrás y pensé que, por lo menos, el viaje serviría para probar esa experiencia. Me la chupó unos minutos hasta que se me puso más dura, y después me colocó un condón (hábilmente, todo hay que decirlo). Se untó las manos de vaselina, también su culo y mi polla, se puso a cuatro patas y ella misma se la condujo hasta su interior, al principio poco a poco hasta que aquello empezó a rular bien.
Aquello me gustaba, pero llegó un momento en que era como follarse un coño. No percibía una estrechez especial ni nada destacable, y la visión de mi polla entrando en un culo no me parecía tan potente y sensual como cuando he follado por el coño.
Hicimos tres o cuatro posturas (ella encima, de lado, etc.) hasta que empecé a notar el cosquilleo previo a la corrida. Quise apartarme para correrme en su boca o su cara, pero empezó a pegar más el culo y a contonearse para que me corriera ahí mismo, y así lo hice sin poder evitarlo. Al sacar la polla flácida y recién corrida, vi de soslayo el color del condón y era muy diferente a su color original. Con esto lo digo todo. Me lo quité sin mirar y me limpié con toallitas la polla y las manos, y aun así me vino un olor desagradable. Había pasado solo media hora pero quise salir de ahí cuanto antes. Me vestí y ella no dijo nada, sino que enseguida y al volver del baño siguió con el móvil.
Me fui sin decir adiós, ni a ella ni a la puta vieja.
Conduje de vuelta a mi ciudad y por el camino se fue haciendo de noche. Las luces de los coches y los camiones me parecían entes con vida propia, que vienen y van, van y vienen, siempre con un sentido, una dirección, una motivación. Mi vida se mueve de forma opuesta: sin sentido, sin dirección, sin motivación. Soy un animal que piensa porque nació humano, que se levanta porque ha de levantarse, comer, mear, follar, cagar.
Aquel fue otro día de mierda más. Acabé con menos dinero y menos dignidad. Lo primero se me acaba y lo segundo no sé si alguna vez lo he tenido.
Facebook era un nido de frases motivadoras ("Tus victorias son sueños que jamás diste por perdidos"), de esas que te llenan de energía durante dos segundos hasta que te das cuenta de que no significan una puta mierda y de que la vida real no puede resumirse en nueve palabras, sino que está llena de momentos insulsos sin ningún significado. Me como mis putas galletas Hacendado y siento un retortijón en el estómago; me pregunto si tengo un cáncer de colon y me maldigo por ser tan hipocondríaco. De ese tipo de momentos hablo. Y son mayoría en mi vida y en la de muchos.
Me fui a la ducha y, también como de costumbre, me hice una paja. Cuando Kevin Spacey decía en American Beauty que era el mejor momento del día, yo me reía como un crío, sin comprenderle del todo. Luego fueron pasando los años y se me fue helando la risa. Efectivamente, este placer efímero y absurdo de menearse la sardina durante unos minutos quizás sea lo más agradable que me aguarda durante el día. Pero ayer decidí que no.
Ese día quería darme un homenaje y decidí hacer una buena inversión con el dinero del paro. Encendí el PC y empecé a ver webs de señoritas de pago. Pronto me di cuenta de que en mi ciudad la oferta no era muy extensa, ni en cantidad ni en calidad. Una búsqueda llevó a otra y acabé empalmado viendo una webs de universitarias madrileñas. Empecé a llamar a varios de los teléfonos sin conseguir hablar con nadie (las putas también tienen vacaciones, supongo) hasta que di con una que respondió. Era morena, piernas larguísimas y un buen par de peras de veinteañera, bien puestecitas arriba. Era española (su acento no engañaba) probablemente manchega, y hablaba tan sexy que yo ya tenía el grumito preseminal en la punta de mi pene erecto. Según me dijo, se llamaba Sara.
Acabé quedando con ella a las 16:00 en su piso. En Madrid. 300€ una horita y media. Eran las 12:00 y yo vivo a 350 kilómetros de la capital. Aun así, no dudé en pillar el coche, llenar el depósito, meter la dirección que me dio en el GPS y tirar millas. Cuando llevaba media hora conduciendo me di cuenta del patetismo de mi vida en todo su esplendor: estaba haciendo una de mis mayores kilometradas por una mujer, y esta vez no era por una gorda de Badoo o por una zorra cualquiera de Tinder, sino por una puta de las de verdad.
15:30 y ya estaba en la M-30 viendo la boina de mierda sobre la capital de España. El GPS aún indicaba que me faltaban veinte minutos para llegar a destino. El jodido piso estaba donde Cristo perdió los clavos, en el barrio de Hortaleza. No sé por qué, pero me había imaginado follando con vistas a la Gran Vía. Gente con sus bolsas de Fnac y El Corte Inglés, llenando poco a poco los teatros, el runrún de los coches, los edificios iluminados llenos de vida, el cartel de Schweppes... y yo dando pollazos junto a la ventana en una décima planta, en plan exhibicionista (con las cortinas abiertas) con ese escenario de fondo, urbanita, cosmopolita, y todo lo que acabe en -ita y sea sinónimo de sofisticación.
En efecto, el piso estaba en una décima planta, pero aquello no era la Gran Vía ni mucho menos. En cierto modo era todo lo contrario: la sordidez de los graffitis en los bajos y las calles vacías, mis manos en los bolsillos, algún sudamericano que pasa con una bolsa de la compra, mis orificios nasales jodidos por ese aire reseco y de olor tan particular que tiene Madrid. Llamé al porterillo y me abrieron sin preguntar. El edificio era de los años sesenta, el ascensor estrecho y oscuro, con arañazos de llave por toda la superficie de madera y el espejo.
Cuando llegué a la puerta ya me esperaba una mujer asomando a la cabeza, pero no era Sara ni se le parecía. Se trataba de una vieja de unos sesenta años y vestida con bata. Me invita a pasar al salón y aquello parecía Cuéntame. El gotelé de las paredes y el techo creando a mi alrededor un tejido agobiante a la luz del atardecer. Cuadros impersonales y esfumados de paisajes y bodegas. Una vulgar televisión con el volumen muy bajo y en la que aparece una película navideña. Una mesa oscura y platos sucios con restos de pasta y una botella medio vacía de Cola Hacendado. Me siento en el sofá frente a la tele y le digo que he quedado con Sara. La vieja me responde que lo siente, pero que ha tenido un problema y se ha tenido que marchar. Viendo mi cara de enfado, me dice que no me preocupe, que tiene tres chicas disponibles. Ya que he hecho el puto viaje, no le vi sentido a crear polémicas innecesarias, así que le digo que quiero verlas.
Me acompaña al pasillo, donde vi dos puertas cerradas a cada lado. Se escuchaban algunas risitas amortiguadas. Me abre la primera puerta y veo una sudamericana gordita con el pelo teñido de rubio (o puede que una peluca) a cuatro patas delante de un ordenador y una webcam. Ni me saluda para no cortarle el rollo a su audiencia, supongo. Segunda puerta y escena parecida: sudamericana delante de la cam, enseñando unas paupérrimas tetas sentada sobre la cama. Tercera puerta y allí había más ordenadores que en un locutorio marroquí; una hilera de seis o siete pantallas y en la esquina un camastro pequeño sobre el que había una blanquita de europa del este mirando el móvil. Levantó la cabeza y me sonrió. Se levantó y me dió dos besos muy cerca de las comisuras de los labios. Me cogió de la mano y me llevó a la cama. Se puede decir que me eligió ella a mí.
La vieja se acerca y abre un joyero de porcelana. "El dinerito aquí" me dice. Le pregunto que cuánto y me responde que, como yo quería a Sara y Sara no está, 200 € una hora. Le hice un escáner a la rubita y como tampoco estaba mal acepté. Me sonríen las dos y la vieja se va, cerrando la puerta.
La rusa (la llamaré así porque no sé si realmente era rusa y no me dijo su nombre) se me lanzó a los labios enseguida. Le manoseé un poco el culo, menos terso de lo que yo creía, y me empalmé a duras penas. Me desabrochó los pantalones y liberó mi polla, que aún no era una temible espada, sino que se quedaba en una simple barra morcillosa. La pongo sobre mí, con el camastro crujiendo como si fuera a desmoronarse en cualquier momento, y le como las tetas, de tamaño medio. Le quito el tanga y veo que está depilada pero de hacía unos días, y ya salían puntitos con pelo de los que pican al roce. Pero cuando se me vino el mundo encima fue cuando vi un jodido hilito blanco salir de su coño. Un tampón.
Me dice que tiene la regla pero que si quiero se lo quita, pero que tiene una idea mejor. No sé si fue sugestión, pero empezó a subirme un olor fuerte a sangre coagulada y acumulada que me cortó el rollo. Le digo que cuál es esa idea y se pone de espaldas y se da unas palmadas en el culo, abriéndose el ano. Yo nunca lo había hecho por detrás y pensé que, por lo menos, el viaje serviría para probar esa experiencia. Me la chupó unos minutos hasta que se me puso más dura, y después me colocó un condón (hábilmente, todo hay que decirlo). Se untó las manos de vaselina, también su culo y mi polla, se puso a cuatro patas y ella misma se la condujo hasta su interior, al principio poco a poco hasta que aquello empezó a rular bien.
Aquello me gustaba, pero llegó un momento en que era como follarse un coño. No percibía una estrechez especial ni nada destacable, y la visión de mi polla entrando en un culo no me parecía tan potente y sensual como cuando he follado por el coño.
Hicimos tres o cuatro posturas (ella encima, de lado, etc.) hasta que empecé a notar el cosquilleo previo a la corrida. Quise apartarme para correrme en su boca o su cara, pero empezó a pegar más el culo y a contonearse para que me corriera ahí mismo, y así lo hice sin poder evitarlo. Al sacar la polla flácida y recién corrida, vi de soslayo el color del condón y era muy diferente a su color original. Con esto lo digo todo. Me lo quité sin mirar y me limpié con toallitas la polla y las manos, y aun así me vino un olor desagradable. Había pasado solo media hora pero quise salir de ahí cuanto antes. Me vestí y ella no dijo nada, sino que enseguida y al volver del baño siguió con el móvil.
Me fui sin decir adiós, ni a ella ni a la puta vieja.
Conduje de vuelta a mi ciudad y por el camino se fue haciendo de noche. Las luces de los coches y los camiones me parecían entes con vida propia, que vienen y van, van y vienen, siempre con un sentido, una dirección, una motivación. Mi vida se mueve de forma opuesta: sin sentido, sin dirección, sin motivación. Soy un animal que piensa porque nació humano, que se levanta porque ha de levantarse, comer, mear, follar, cagar.
Aquel fue otro día de mierda más. Acabé con menos dinero y menos dignidad. Lo primero se me acaba y lo segundo no sé si alguna vez lo he tenido.
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- Primer equipo
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post oficial de alguna noche de borrachera con alguna choni
Suena a beatnick trogollón.
DÉJANOS FLIPAR CON XANDAO
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[quote=Turrubiat]El mensaje machista troglodita unineuronal que inicia este post se las trae como pa que la policía de la moral entre de oficio.
Que alguien se anime y cuente a ver como las viola ya si eso.[/QUOTE]
Ole esa demagogia de mercadillo que me quitan de las manos!!! que tiene que ver salir de marcha con alguna choni o algun choni/cani con la violacion? estamos definitavente locos
Que alguien se anime y cuente a ver como las viola ya si eso.[/QUOTE]
Ole esa demagogia de mercadillo que me quitan de las manos!!! que tiene que ver salir de marcha con alguna choni o algun choni/cani con la violacion? estamos definitavente locos
post oficial de alguna noche de borrachera con alguna choni
un amargado de la puta vida que solo sabe hacer demagogia y querer hacerme daño gratuitamente , sin conocerme de nada , no tiene sentido del humor ni es gracioso , esta en casa amargado de la vida y es maloso, pero bueno tiene que haber de todo en la vida del señor , habrá que perdonarlo , y que siga viviendo en esta vida , pero dale la vuelta a la tortilla y riete un poco y se feliz que solo se vive una vez.
post oficial de alguna noche de borrachera con alguna choni
Nadie más cuenta la suya?
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[quote=G4ZZ4]Nadie más cuenta la suya?[/QUOTE]
Joder de si haces un copia pega de forocoches alenos cambia el kilometraje
Joder de si haces un copia pega de forocoches alenos cambia el kilometraje
KOMANDO GALIZA SECCION LUGO
Desde pequeño aprendí a aguantarme, me enseñaron que mi equipo no era de los que ganaba, pero era el nuestro, y que había que quererlo tal como era. No hizo falta, lo mío fue un flechazo, yo ya estaba enamorado desde el primer día, y sabía que mis colores siempre serían los del Sporting. El Suecu
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:jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja::jajajajaja:-
El_Profeta
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Mitico hilo de un mítico usuario de forocoches. Escribe muy bien ese chaval.
YO ESTUVE ALLÍ
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Encima que os lo traigo al portalón...
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[quote=GORDITO]algun de por aquí se nota que no habéis pasado por el servicio militar, os habéis quedado en niños de mama , chupando el chupo con 30 años,no decis palabrotas que os sentís mal, os mandaba yo 12 meses al ejercito, hivais a coger unos cuantos conceptos de la vida que no teneis, dejaríais de mearos en la cama, acatar ordenes de los superiores,hacer la cama y limpiarlas botas de los abuelos cuando os lo pidan y si no lo haceis toda la noche haciendo guardias , un poco de disciplina, y luego MAMA presumirá por todo el barrio de su hijo que ya sabe poner una mesa y hacer una cama , que ya dice alguna palabrota y fuma porros, se acabo la vida de pijo educado.[/QUOTE]
Como se suele decir, desde que quitaron la mili no hay paisanos.
Mira que he tenido alguna enganchada con Gordito, pero es que tiene toda la puta razón. Esto cada vez se parece más a 1984, el politicocorrectismo esta llegando a unos niveles que ni la stasi.
Como se suele decir, desde que quitaron la mili no hay paisanos.
Mira que he tenido alguna enganchada con Gordito, pero es que tiene toda la puta razón. Esto cada vez se parece más a 1984, el politicocorrectismo esta llegando a unos niveles que ni la stasi.
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El_Profeta
- Cadete B
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El posmodernismo y la corrección política no creo que se arreglen con la mili, GORDITO.
YO ESTUVE ALLÍ
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esta cambiando tanto el mundo por culpa de las putas redes sociales , que tiene razón El Profeta , esto no lo cambia la mili,pero seguro que les vendría bien a estos jovenzuelos.
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Me hace gracia el tema de lo políticamente correcto. Tan correcto que algo tan jodidamente correcto como el ser antitaurino lleva a alguien a desear la muerte del torero. O alguien tan jodidamente correcto que cree en el abuso policial y celebra la muerte de algún miembro de las fuerzas/ cuerpos del estado. Alguien tan jodidamente correcto que defiende el terrorismo palestino porque Israel son unos hijos de puta.Vivimos en un mundo tan políticamente correcto que no hay más que ver los mensajes de amor que pululan por redes sociales, donde todo vale con defender dicho buenismo.
Hasta los cojones del mundo que nos está quedando, tan políticamente correcto como enfermo en el corazón.
P.D Un mundo tan políticamente correcto en el que un maltratador que no pasa la pensión fué héroe por unas horas.
El ser buena persona se demuestra con hechos, no palabras. No se si Gordito ye Richelieu,
pero igual ye el primero que si ve que un desgraciado le está poniendo la mano encima a una muyer se la parte. Como no lo sabemos no me atrevo a hacer juicios de valor ni llamar nada a nadie sólo porque no me guste que a una muyer se la llame choni.
Hasta los cojones del mundo que nos está quedando, tan políticamente correcto como enfermo en el corazón.
P.D Un mundo tan políticamente correcto en el que un maltratador que no pasa la pensión fué héroe por unas horas.
El ser buena persona se demuestra con hechos, no palabras. No se si Gordito ye Richelieu,
pero igual ye el primero que si ve que un desgraciado le está poniendo la mano encima a una muyer se la parte. Como no lo sabemos no me atrevo a hacer juicios de valor ni llamar nada a nadie sólo porque no me guste que a una muyer se la llame choni.
La primera divisón está huérfana de históricos. Desde el 7 de Junio de 2015 un poco menos
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Si esto pasa podeis chapar el tema libre, gordito quedate!
[quote=GORDITO]yo por mi parte doy por zanjado este post.
GORDITO YA SOLO SE VA DEDICAR A LEER COSAS DEL SPORTING.
QUE SEAIS MUY FELICES.
ADIOS.[/QUOTE]
[quote=GORDITO]yo por mi parte doy por zanjado este post.
GORDITO YA SOLO SE VA DEDICAR A LEER COSAS DEL SPORTING.
QUE SEAIS MUY FELICES.
ADIOS.[/QUOTE]
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http://fartonin.blogspot.com
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